CUGAS

Como viene siendo tradición, cuando se avecinan las señaladas fechas de Navidad, se organiza una comida para todos los interesados del Cugas. Nuestra tradición es la de remojarnos primero y despues comer, beber y disfrutar de la amistad y el calor de los compañeros cugueros.

Este año han habido un par de novedades. La primera es que no se ha buceado en la playa de Cotobro, sino que hemos optado por ir a la playa de Calahonda la Rihana, una cala preciosa y semivirgen desconocida para muchos de los buzos. La segunda novedad se debe al hecho que no llevamos el belén tradicional para dejarlo entre las rocas, sino que constituimos uno viviente. Los voluntarios se disfrazaron de los diversos personajes, donde no faltó ni la Estrella que guía a los Reyes Magos.

Se puede apreciar la burrita, la mula, un reno y el santo niño que es el de la melena. San José con una vara y la Virgen María con su mantito. Fue el primer Belén Viviente submarino de la historia del CUGAS. Y pensamos repetirlo.

Antes del Belén se realizó la inmersión, en la parte izquierda de la playa, donde los peñones ofrecen a los buceadores una buena cantidad de cuevecitas y recovecos, donde se aloja la fauna esciáfila. Las paredes tapizadas de pólipos incrustantes, como Astroides calycularis y Parazoanthus axinellae, ofrecen una imagen espectacular y colorida a los submarinistas.

Así pues, disfrutamos del día, sin prisas pero sin pausas; se nos hicieron las 3 de la tarde para ir a comer, habiendo reservado para las 2. Cosas del buceo, donde el tiempo vuela. Será porque simplemente nos dejamos llevar, y nos deleitamos en alargar todo lo posible esta afición que tanto nos gusta. Pero lo importante es que en el lugar de comida nos perdonaron nuestra terdanza. El restaurante al que íbamos estaba en la playa de Cabria, llamado el Tito Yayo. Todo estaba delicioso, y comimos hasta hartarnos.

Siempre es de agradecer la asistencia de todos, y este año fue bastante multitudinaria. Por y para siempre, gracias a todos los "Cugueros".